domingo, 21 de septiembre de 2008

Aportes para el debate...

Los modos de producción de la historia de la psicología en Uruguay.
Ps. Enrico Irrazábal.



En un documento que escribe Juan Carrasco Carrasco para el curso de historia divide la historia de la psicología en nuestro país en fases, las cuales algunas veces unas son anteriores a otras y otras veces se solapan, coexisten. Estas fases las define como pre-científica, científica, donde hay un predominio de la psicología experimental y luego experiencias vinculadas a una psicología funcionalista y psicopatológica, con un registro profesional. Más tarde en ámbitos universitarios y extrauniversitarios se generarán cambios, proliferación de corrientes y organizaciones científicas, gremiales. La experiencia universitaria de la psicología aparecería en los primeros cursos en el Hospital de niños P. Visca, que se desarrollarían de 1950 en adelante en la órbita universitaria en la Facultad de Medicina, en el Hospital Universitario. Un curso amplio pero centrado fundamentalmente en la psicología de la infancia. Por otro lado la experiencia universitaria continúa en la Facultad de Humanidades y Ciencias, donde en 1956 comienzan los cursos de la licenciatura de psicología.
En 1958 se sucederán hechos trascendentes en el camino de la disciplina psi como una disciplina universitaria, autónoma, independiente de otras ciencias, con el enfrentamiento con la asociación de psiquiatría del Uruguay y la denuncia corporativa que realizaba por la presencia en el terreno clínico de lo ésta asociación llamaba legos, gente sin formación adecuada para tal ejercicio. Justamente Carrasco fue un figura central en la defensa de la psicología y muestra como un estudiante avanzado tiene más formación clínica que un psiquiatra egresado.
En la década del 70 también se producirán experiencias importantes para la psicología; el reconocimiento universitario con la certificación de los cursos de psicología infantil, la modificación del plan de estudios en la licenciatura, la encargatura de Carrasco y luego el Golpe de Estado, la intervención de la Universidad y la ruptura de ésta experiencia. Más de una década después se retomará, con sus innovaciones, creaciones y contradicciones.
¿Esta puesta a punto sucedió así? ¿Más allá del apretado resumen, así fue la historia de la Psicología hasta comienzos de la década de los 70?
¿Cuáles fueron las prácticas que permitieron éste desarrollo? ¿Cómo eran las condiciones de posibilidad de la experiencia? ¿Cuáles fueron los modos de producción de verdad en estos relatos? ¿Cómo funcionan?
A finales de la década del 90, Carlos Pérez Gambini, encargado del curso de Universidad e Historia de la Psicología en el Uruguay, en la Facultad de Psicología, publica una investigación sobre la Historia de la Psicología desde sus comienzos hasta 1950. Tanto Carrasco como Carlos Pérez y otros universitarios aportaron indagaciones, reflexiones acerca de la Psicología en este país. En el curso de historia nombrado, algunos integrantes desarrollaron algunos trabajos de la psicología en el período que abarca la dictadura entre 1973 y 1985.
Contamos en el presente, a diferencia de los primeros momentos después de finalizada la dictadura con muchos elementos para estudiar, entender, pensar y también leer críticamente la historia de la psicología en nuestro país.
Por qué leer críticamente. No es usual en la universidad leer críticamente. Un tanto formal podría contestar que es lo propio del "ser" universitario. Pero no necesariamente sucede. Por lo tanto no está de más explicitarlo. Todo lo contrario. Críticamente aquí lo usamos pensando que es un momento en que podemos hacerlo, justamente porque contamos con diferentes relatos. ¿Realizar relatos críticos en el sentido de tomar todo los materiales y responsablemente recordarlos, ordenarlos? No, diría, no a todo lo anterior. Lo que nos preocupa, nuestro interés ahora está puesto en poder formularnos preguntas y quizás poder responder a las preguntas efectuadas líneas arriba.
¿Este cuestionamiento desecha las producciones escritas de la historia de la psicología? ¿Abandona el camino iniciado por los autores nombrados? ¿Es otra forma de ver, otro punto de vista que enriquece lo ya dicho?
Los relatos que manejamos son invalorables, son parte de la materialidad con la que pensamos estas historias. No podríamos reflexionar sin ellos. No es otra forma de ver lo mismo, sino un intento de reflexión, de estudio para no ver lo mismo, ni decir más de lo mismo. Ni un homenaje a amigos que repita lo que ya dijeron. Si no que es analizar porque vemos lo mismo.
¿Es pensar que mecanismos producen visibilidad sobre acontecimientos históricos? ¿Cómo funcionan estos procesos que construyen unos hechos y no otros? ¿Cómo se dejan ver algunos acontecimientos y no otros? Pero fundamentalmente mi preocupación está en ¿porque creemos que seguramente hay otros hechos que no vemos? Cómo si fuera un problema óptico. De incapacidad de ver porque hay tanto para ver que por saturación no se ve. Como si todo estuviera allí para servirse. Que algunos toman algo y otros cosas distintas. La mesa de la historia preexiste a la historia y algunos voluntariamente toman algunos bocados y otro sin darse cuenta, una suerte de suave ignorancia toman otros bocados.
No hay mesa, ni bocados. Justamente de lo que se trata es ser un poco carpinteros, otro poco cocineros, otro recolectores de relatos, recopiladores, archivistas de la historia de la psicología y también artesanos, ópticos. Mirar el pasado de nuestra verdad y ver como la mirada produce lo Real. De qué manera, por medio de qué caminos reproducimos y producimos el Orden del Todo Real. Cómo se naturaliza un orden, se generaliza, se universaliza una forma de trabajar relatos históricos.


¿Cómo se vinculan y determinan los actores y sus prácticas con las prácticas biopolíticas en nuestra historia de la psicología?

Ahí pueden desplegarse algunos bosquejos de análisis. ¿No será que la cercanías sean lo que nos aleja de indagar de otra manera por otros medios las prácticas de los psicólogos sus instrumentos, su corrientes de inscripción, los discursos que sostienen, etc.?
¿A quiénes veneramos, quienes son nuestros maestros, nuestros terapeutas, nuestros amigos, los autores que leemos, nuestros decanos, encargados de cursos, avaladores de proyectos, la directiva de una asociación "científica, escuelas? ¿Qué dimensión del poder local no nos deja producir? O nos deja producir determinadas lógicas de sentido, pero no otras. No hablo de la presión física, verbal, el acto de un índice levantado, la posibilidad de no acceder a un financiamiento; hablo de algo infinitamente peor, ni siquiera la autocensura, que la hay. Sino, el tomar sin opción una mirada que evidentemente trasciende nuestras cercanías y localidades, nuestras familiaridades. Nuestros maestros pueden ser engranajes de mecanismos de saber, de extracción de saber, moldeados por el poder, ellos también lugares de poder, donde son hablados y también toman la palabra de saberes que se transforman en verdades, aparentemente inmutables, naturales, inyectadas en los presupuestos y en los supuestos básicos de toda teoría, "última partícula", unidad mínima que sostiene el discurso.

Nos preguntamos en el equipo por qué hablamos de las prácticas, de los campos de prácticas (discursos, teorías, técnicas) donde comienza a surgir, a crearse la psicología en el país y cuando arribamos a la aparición de la formación universitaria en psicología, abandonamos las prácticas para hablar de una práctica la formación. Ya no hablamos de los ejercicios en hospitales, de los invitados internacionales, de la producción bibliográfica, de las rupturas de las organizaciones, de la distribución de las incidencias. Pasamos a pulcras experiencias universitarias, donde aparecen poco las propias relaciones de fuerzas, sobretodo los enemigos ubicables, "todos los nuestros abroquelados", juntos contra el mal mayor, sean psiquiatras, organizaciones privadas de psicología, universidades privadas, etc. Es posible que aparezca alguna discusión en el marco de la política universitaria de la desconsideración que hacen de psicología.

Por ejemplo: ¿La actual conformación que tiene la estructura académica y plan de estudios de Facultad responde a un estado de situación de cuándo se creo? ¿Es la forma de recoger el legado de las experiencias anteriores de formación? ¿No es democrática porque no están presentes todas las corrientes psicológicas? ¿Se hizo pensando en las personas que estaban y ocuparían los cargos de "jefaturas " de áreas o cursos?
Tenemos que clarificar todo lo posible a que hacemos referencia con éstas preguntas y además de que el panorama se puede poner negro (porque lo no dicho, como Luca Prodan dicen "de algunas cosas mejor no hablar"). Pero es vidrioso por la cercanía, por los meandros de algunas resoluciones y por la cantidad de factores que hacen complejo su abordaje.

Un estado de situación.
Cuando me pregunto si la estructura y plan de estudios responde al estado de situación del momento hago referencia a que tenemos que indagar cuál era el estado de situación.
Un estado que era resultante de lo que un golpe de Estado produjo y de lo cual se comenzaba a salir. Además de los dolores y miedos múltiples de muchos de los implicados en la reorganización de la psicología universitaria, estaba en juego un cierto cumplimiento de un acto de justicia, al menos muchos lo sentían así. Este acto era la restitución, restitución de los destituidos de sus cargos por ser considerados subversivos, paradoja de dolor y de condecoración que el fascismo hizo, reconocimiento al menos de no ser golpistas, secuestradores y asesinos. En esta restitución pasaron muchas cosas, entre ellas habían cosas que no podían ser restituidas, también pasó el tiempo. Que había en juego en la restitución, hacer cosas como en el 70 y ahí si queda claro que había dolorosamente pasado. No sólo porque el conocimiento avanzo, como parece que todos acordamos, convengamos que también retrocedió, si es que estos términos son adecuados. Se diseñaron nuevos campos de trabajo intervención, prácticas, otras demandas, cambiamos todos. Ni Uruguay era el mismo, ni nosotros. Algunas cosas no se tenían que restituir, sino algo mucho mejor, había que inventar. Y se inventó. Pero la ola restitutiva atravesaba, es decir constituía prácticas y personas. Un plano de la construcción del IPUR tiene que ver con una potente impronta generacional. Si bien hay zonas intergeneracionales, este efecto restitutivo responde en gran medida a las experiencias, formaciones y concepciones psicológicas y universitarias hasta el 73, luego la diáspora del exilio y el insilio, lo breves agrupamientos. Breves, también potentes, pero mi interés es mostrar el intermedio, el corte de una experiencia colectiva universitaria. La exigencia que sentíamos, porque también éramos parte de esto los que en aquel momento éramos estudiantes, activos participantes de que ocupen su lugar aquellos que por su compromiso universitario fueron usurpados.
Esto es parte del estado de situación, quizás otorgue visibilidad a recomponer cursos y materias y docentes de una manera restitutiva. No está en cuestión el ingreso a esos cargos, que fueron y son por llamados o concursos. Lo que está en cuestión es cómo se pensó la transición. El peso que tuvo la restitución en todo esto. Y como la restitución, ya no de personas, sino de contenidos programáticos y formas de cursada, en síntesis la formación con una perspectiva que respondía al horizonte epistémico posible y al juego de fuerzas y diferentes agrupamientos del momento.

El legado.

Las corrientes.
Hubieron corrientes que durante la dictadura tuvieron un crecimiento enorme, en los autores que circulaban, en los cursos privados que ofertaban, en las organizaciones que se fundaban, en los fraccionamientos que se producían en las disputas de poder, las diferencias teóricas a la interna de cada una. Algunas nacían y vivían tiempos muy cortos otras sobrevivían largos períodos. No todas estas escuelas estaban contempladas en el plan de estudios, algunas tenían breves participaciones y otras una presencia muy importante en extensión y en diferentes cursos que las teorizaciones de sus prácticas, los recorridos nocionales se sustentan en la misma corriente-escuela.
La cuestión es la ubicación del problema. La pregunta es ¿están todas las corrientes de psicología presentes en la facultad? No, la pregunta es cómo surgieron, qué expresión tuvieron las diferentes corrientes?, ¿Qué tipos de procesos de divulgación y captación de adeptos?, ¿Cómo realizan sus intercambios, producciones teóricas? ¿Qué cuerpos nocionales los sostienen y cómo son sus prácticas?, ¿Cuáles sus posibilidades de desarrollo y cuáles las dificultades que tienen? Estas preguntas pueden diseñar un mapeo de las diferentes corrientes y escuelas Psi y sus procesos en Uruguay para posicionarnos para contestar acerca de la presencia o ausencia en una Facultad. No sería un exceso preguntar cuáles son las concepciones y corrientes que predominan en las publicaciones internacionales, debemos decir transnacionales, de los grandes grupos editoriales a Uruguay y América Latina. ¿Cuál es la demanda de teorías y prácticas que predominan en el denominado mundo del trabajo, en particular a nivel empresarial?.
¿Cuál es la mayor oferta de posgrados en psicología en el río de la plata?
En este campo hay un juego de fuerzas y en la Facultad otro. Eso está mal? Cómo han sido los procesos históricos en la producción y predominio de pensamiento en la historia de la ciencia. Fue así.
Alguien cree que la razón es la capacidad de ubicar la objetividad y el orden universal. No. Porque tal orden es un enorme proyecto, inventivo, que instalo una ficción, totalmente real de un Orden Universal y una lógica racional de éste.

Hecho a medida.
Sería injusto. En todo caso no es un problema de justicia. No hay pruebas, no las tengo al menos de que esto haya sido así. Pero no están todos los cursos necesarios y otros no deberían tener el desarrollo que tienen. En todo caso ¿cuál es la formación que se requiere para ser psicólogoa? Qué pensamos en el 2005, 20 años después de las conversaciones para crear el IPUR? Cuáles van a ser los procedimientos para abrir una discusión que en Facultad hoy es tímida, miedosa. Los encargados de cursos actuales seremos los mejores actores para llevar adelante la discusión? Cómo hacer para que se realice una amplia discusión? El miedo a que se modifiquen, se reduzcan, o desaparezcan cursos no será un serio obstáculo que opera hoy en contra de la dinamización de la discusión? Qué rol deben jugar los ordenes para facilitar las instancias que permitan una amplia discusión política universitaria, no sólo técnica universitaria?

Modificar el plan de estudios y la estructura académica aseguran la formación de psicólogos que operen como facilitadores de estrategias deseantes, donde desde diferentes posicionamientos "individuales", grupales, organizacionales, se diagramen líneas de fuga que abran las grietas de un pensamiento racionalista científico, que resista, que embista las cristalizaciones de poderes dispersos, en el estado y sus políticas, en las prácticas sanitarias y en la concepciones, técnicas y ejercicios profesionales (también de la psicología).
Pensar las transformaciones en psicología pueden realizarse sin analizar desde dónde pensamos, cómo pensamos, con qué pensamos. Si los procedimientos, los supuestos, los enunciados no son puestos en cuestión no habrá producción, sino ejercicios de fuerzas que aseguren predominios esclerosados o más de lo mismo.

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